sábado, 7 de junio de 2014

Efecto mariposa


Marzo 2014, Mérida: El diputado extremeño Víctor Casco reconoce públicamente su homosexualidad en un pleno del Parlamento de Extremadura. Mayo 2014, Lima: El congresista peruano Carlos Bruce “sale del armario” durante una entrevista con el diario El Comercio. Diferentes latitudes, una misma lucha. Dos ejemplos de valentía política, de visibilidad gay, de compromiso activista.

La visibilidad ha sido y es todavía hoy un instrumento potente y transgresor en la lucha del movimiento LGBT por la igualdad y contra la discriminación. Reconocernos y reivindicarnos tal y como somos, en todos los espacios de nuestras vidas, hace que existamos como una realidad social, y también política, que debe ser tenida en cuenta por las instituciones democráticas, tanto en España como en Perú. Porque los derechos de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales también son derechos humanos.

En España hemos avanzado mucho en cuanto al reconocimiento legal de los derechos LGBT, pero aún tenemos asignaturas pendientes. En nuestro caso, Extremadura precisa una normativa para combatir eficazmente la LGBTfobia y una ley integral de transexualidad, entre otras importantes medidas.

En Perú, donde se han registrado en el último año 17 asesinatos y 2 suicidios de personas LGBT, el Congreso debatirá próximamente, a propuesta de Bruce, un proyecto de ley sobre unión civil no matrimonial para personas del mismo sexo. Un importante paso adelante en un país que se ha negado a ratificar varias convenciones internacionales sobre derechos humanos por contemplar éstas la orientación sexual y la identidad de género como categorías de no discriminación.

Aquí y allá la igualdad avanza, paso a paso, no sin enemigos, pero con el esfuerzo y el compromiso de muchas y muchos. Con más activismo, con más y mejor cooperación. También desde Extremadura. La lucha por la igualdad y la diversidad es la misma, en Mérida y en Lima.

Alberto Hidalgo Hermoso