lunes, 13 de noviembre de 2017

En el Perú he aprendido...


He aprendido que se puede trabajar mucho, tener poco y sonreír fuerte. Que el Perú es migrante en busca de un futuro mejor. Que el peor enemigo de un peruano no tiene porqué ser otro peruano. Que donde comen dos, comen tres. Que la comida que sobra no se bota, se guarda pal' calentao'. Que las miradas de niñas y niños hablan alto y claro. Que las injusticias y las desigualdades siguen ahí y nos interpelan, aunque no queramos verlas. Que hay que luchar todos los días, porque sobran los motivos.

He aprendido que “el Perú nació serrano” con Mama Ocllo y Manco Cápac, con Tupac Amaru y Micaela Bastidas. Que el imperialismo somete, sea inca o español. Que la independencia llegó tarde con Don José de San Martín en la Pampa de la Quinua, que la herida colonial pervive y el pasado nos exige responsabilidades. Que el Perú es lucha con Mariátegui y Haya de la Torre, que es poesía con Vallejo y Arguedas. Que los obreros sí tienen patria y también bandera. Que hubo una guerra con Chile, que el Brujo de los Andes nos protege. Que no puede entenderse el Perú de hoy sin Velasco Alvarado y la reforma agrariaa. Que Morales Bermúdez colaboró con la represora Operación Cóndor. Que la Izquierda Unida peruana se fundó en 1980 y la española más tarde, en 1986. Que un Frejolito fue elegido alcalde para dignificar Lima. Que la política necesita mística.

He aprendido que “no matarás ni con hambre ni con balas”. Que la izquierda peruana combatió a Sendero Luminoso y defendió la paz con justicia social. Que SL persiguió a autoridades progresistas y militantes populares, que asesinó a María Elena Moyano, que dinamitó la tumba de Velasco. Que la izquierda cree en la vida. Que este país tiene memorias de dolor, que hace falta verdad, justicia y reparación. Que son imprescindibles muchos Lugares de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social. Que la lucha de Mamacha Angélica continúa hasta hoy.

He aprendido que Fujimori y Alan García fueron presidentes en varias ocasiones, para desgracia del pueblo peruano. Que en Los Cabitos se torturaba y asesinaba. Que nunca más Colina, Barrios Altos y la Cantuta, que nunca más un “disolver, disolver”. Que Pedro Huilca vive en las luchas de su pueblo. Que la actual constitución peruana nació bajo el fujimorismo. Que Fujimori no debe salir de prisión. Que los crímenes de lesa humanidad no prescriben, que el indulto es un insulto. Que el fujimorismo sigue vivo y hoy como ayer detesta la democracia.

He aprendido que las teorías del capitalismo “popular” son falacias que se repiten como verdaderos mantras. Que lo público, lo de todas y todos, debe recuperarse con urgencia. Que varios expresidentes peruanos están hoy encarcelados por traicionar a su país. Que en Lima el miedo venció a la esperanza de la “chalina verde”. Que algunos alcaldes “roban, pero hacen obras”. Que el neoliberalismo persiste y se reinventa, que la corrupción empobrece. Que el Perú solo está jodido si su gente se rinde. Que la Patria Grade no se vende, se defiende.

He aprendido que los dogmas religiosos en la escuela atentan contra la convivencia y la democracia, que necesitamos un Estado realmente laico. Que el Perú es el segundo país latinoamericano con mayores niveles de violencia sexual. Que las mujeres mueren todavía por abortos inseguros y clandestinos. Que la trata de personas roba el futuro de las adolescentes. Que las personas LGBTI continuamos siendo ciudadanas de segunda categoría. Que el clóset ahoga nuestras vidas y nos impide vivir y amar libremente. Que hace falta una sociedad sin machismo, racismo ni homofobia. Que hay valientes que se juegan mucho por tener vidas comprometidas con la igualdad y la diversidad. Que los Derechos Humanos de todas y todos deben defenderse con coherencia y coraje.

He aprendido que el cielo tiene miles de estrellas brillantes que desde las ciudades no podemos ver. Que la Madre Tierra sufre y llora las heridas que provocan sus hijos. Que en la sierra y en la selva llueve fuerte y huele a tierra mojada. Que aquí el café huele a café y la palta sabe a palta, que hay chocolate con quinua y kiwicha. Que el emoliente ayuda en las mañanas de invierno. Que en el Perú no es posible hacer dietas: el ají de gallina, el lomo saltado, el tamal, la causa, el alfajor y otras delicias lo prohíben. Que al ají no pica tanto, que la salsa huancaína mejor al batán. Que el pisco es peruano y la mayor parte del Lago Titikaka también. Que el kión cura el resfriado. Que la chicha es la bebida de los dioses. Que el chicharrón no se rechaza.

He aprendido que la extensión del territorio peruano es varias veces mayor que el español y que mantiene fronteras con cinco países hermanos. Que hay una Cordillera Blanca y otra Negra, que la ceja de selva es alta y muy verde. Que la bandera del Cusco tiene un color más que la enseña del movimiento LGBTI. Que “amarillito, amarillando, flor de retama”. Que la forma del chullo se asemeja a las montañas. Que las ruinas de Machu Pichu son vigiladas por la cara de un atento inca. Que la diversidad del Perú no se valora lo suficiente y es infinita, como reflejan sus colores. Que “quien no tiene de inga tiene de mandinga”.

Que guitarra llama a cajón, que la marinera hace vibrar y bailar al Perú. Que la música criolla, celebrada el 31 de octubre, debe ser hermana del fado portugués y el flamenco español. Que el criollismo es de Lucha Reyes y Carmencita Lara. Que “Señor, por qué los seres no son de igual valor”. Que me enamora la alegría melancólica de los ritmos afroperuanos, que lamentan y protestan festejando. Que la llamaron “negra”, que “María sólo trabaja y su trabajo es ajeno”, que Ramón Castilla sí firmó la libertad. Que la zamacueca y el landó son orgullo peruano. Que Chabuca Grande nació en Perú, pero murió en USA, que Tania Libertad es peruana, pero canta en México.

He aprendido que se puede rezar devotamente a la Virgen María y creer en la fuerza de los Apus y la Pachamama. Que en Semana Santa Cristo muere y no ve, y hay que aprovechar para pecar. Que la Semana Santa de Ayacucho es considerada la segunda mejor del mundo, después de la sevillana. Que Sarita Colonia es santa para el pueblo, pero hereje para la jerarquía eclesiástica. Que el milagroso Niño Ricardito ayuda a conseguir chamba. Que Santa Rosa de Lima es patrona de América y recibe cartas a través de un pozo. Que San Martín de Porres es negro y quiso ser esclavo. Que octubre es el mes morado y el Señor de los Milagros calma los temblores mientras comemos turrón de Doña Pepa. Que las nuevas iglesias evangélicas compiten en fundamentalismo y ganan la partida.

He aprendido que Lima, la tres veces coronada, es mestiza, que no puede entenderse sin sus cerros y sus quintas. Que la viveza criolla justifica y perpetúa la impunidad. Que “tu envidia es mi progreso”. Que la tapada limeña tiene herencia española, es hipócrita y cucufata. Que la burocracia es muy lenta y desespera. Que Lima tiene una de las plazas mayores más hermosas de toda América. Que en San Francisco había catacumbas cuando Lima no tenía cementerios. Que la Universidad Nacional Mayor de San Marcos es orgullosa decana de América. Que no consigo acostumbrarme al manto gris y húmedo que cubre esta ciudad. Que el transporte público es una pesadilla y que hacen falta ansiolíticos para sobrellevar el inhumano, caótico y ruidoso tráfico de Lima. Que el aeropuerto de Lima lo tiene el Callao. Que Lima es más que San Isidro, Miraflores y Barranco.

He aprendido que cuando estás en la cama los temblores ofrecen masajes al cuerpo. Que se masca hoja de coca para el mal de altura. Que hay que sahumar con palo santo y hacer pago a la Tierra. Que los arequipeños tienen “pasaporte propio”. Que Mario Vargas Llosa, Premio Nobel, es tan conservador acá como allá. Que las campañas electorales duran varios años. Que los políticos proponen obras y más obras (a pesar del polvo y el tráfico) y ganan elecciones. Que el "sólido norte" ya no es aprista. Que existen muchas izquierdas y que la flor del Frente Amplio se deshojó rápido. Que un Nuevo Perú es posible y necesario. Que hay Navidad en verano, que Eva Ayllón y Maricarmen Marín también cantan villancicos. Que hay demasiada farándula en la TV. Que Dios es peruano y que Perú llegará al Mundial 2018.

He aprendido que uno puede tener varias patrias. Que nos perdemos para encontrarnos. Que la familia también se elige. Que los rencores son mochilas pesadas que no dejan caminar. Que amar es compartir, y también perdonar. Que los labios gruesos besan más rico, que me enamora la piel morena. Que los apapachos acarician el alma. Que la soledad es amarga y la melancolía dulce. Que el Ekeko atrae la abundancia y la fortuna. Que me gusta viajar en mototaxi y sentir el viento en la cara. Que bailo bien los ritmos latinos, pero necesito aprender técnica. Que lo lisboeta más cercano al Perú se encuentra en Chile y lo llaman Valpo. Que los españoles hablamos demasiado alto y rápido y que somos bastante coquetos. Que la emigración nos desnuda y nos hace más porosos a nuevos aprendizajes. Que debo pensar menos y vivir más. Que no cambiaría por nada haber conocido y sentido este rincón del planeta. Que debo regresar muy pronto, carajo.

He aprendido que el Perú es rojo y blanco, de todas las sangres. Que es fruto del desborde popular. Que no es calco ni copia, sino creación heroica. Que hay, hermanos, muchísimo que hacer. Que la revolución no es muerte, ni imposición, ni sometimiento, ni fanatismo. Que seguimos luchando por el pan y la belleza.

Esto he aprendido en el Perú, y no lo cambiaría por nada del mundo. ¿Qué les parece?

Alberto Hidalgo Hermoso

miércoles, 4 de octubre de 2017

En Isla Negra florece la vida


“En Isla Negra todo florece”, escribió el poeta. Y cualquiera que conozca este paraje singular podrá dar buena cuenta de ello. Es un lugar de paz, que invita a la calma y activa la creatividad del ser humano. Será su mar azul, su sol dorado o sus paisajes verdes. Pero es, sin duda, un lugar donde la energía fluye, donde uno puede encontrarse consigo mismo para reflexionar y crear.

No por azar, fue la casa favorita de Pablo Neruda, desbancando a sus otras dos propiedades en Chile: La Chascona (en la ciudad de Santiago) y La Sebastiana (en el bello Valparaíso). El poeta escribió en ella algunas de sus obras principales, como una parte del “Canto General” y “Una casa en la arena”, esta última precisamente inspirada en su hogar.

Pasó en Isla Negra sus últimos días, y muy probablemente también los mejores momentos de su vida. Allí vivió con algunos de sus grandes amores, pero fue Matilde Urrutia quien mayor tiempo (y de forma más intensa) acompañó al poeta en este su refugio. Ambos reposan hoy allí, juntos en una tumba, mirando eternamente al mar.

Neruda decía que la casa de Isla Negra era estrecha y alargada como el propio Chile. Y no puede haber una mejor descripción. Su forma alargada simula el camarote de un barco a veces, y el vagón de un tren otras. De hecho, en el exterior de la casa el poeta colocó a modo de decoración una locomotora y un bote. También instaló unas campanas, que hacía sonar para informar al pueblo de su llegada. La casa posee dos zonas bien diferenciadas, una más íntima y privada, compuesta por el salón, el comedor, la cocina y el dormitorio; y otra más pública, formada por una pequeña galería, el despacho y la biblioteca, principalmente.

Se trata de un lugar para sentir y descubrir cada uno de sus rincones. Isla Negra es un espacio en movimiento hacia un pasado que se ancla en el presente. Su interior recoge recuerdos de la infancia del poeta, así como innumerables piezas de colección que reunió a lo largo de su vida, siempre en conexión con su amado mar.

Neruda se describía como un “marinero de tierra firme”. Debido a ello, su casa favorita se encuentra anclada en la costa y repleta de objetos que evocan la cultura marítima: caracolas, maquetas de barcos, catalejos y mascarones. Posiblemente los más preciados objetos que guarda esta casa sean los grandes mascarones de barco que el poeta reunía. Imaginaba sus historias de vida y los bautizaba con nombres propios. Estos mascarones siempre miraban al horizonte a través de los ventanales de la vivienda, añorando el mar, como su dueño.

Sin embargo, la casa también acoge otros curiosos elementos que Neruda coleccionaba, entre ellos insectos disecados (como mariposas y escarabajos) y objetos artesanales (como pipas de fumar, figuras y máscaras) procedentes de América Latina y otras partes del mundo.

Isla Negra cumplió una función notable en la recreación del pasado del poeta, recuperando momentos destacados de su vida. Por esta razón, la casa guarda algunos objetos importantes en la infancia de Neruda, como una oveja de peluche y un caballo gigante de madera y cartón. También destacan el esmoquin con el que Neruda recogió su Premio Nobel y el famoso poncho rojo que vistió en algunas de sus fotografías más recordadas. Objetos todos ellos que narran una vida a través de los recuerdos.

Muy probablemente los espacios más significativos de esta casa son el cafetín, el despacho y la biblioteca. En las vigas de madera del cafetín, también con vistas al mar, el poeta grabó el nombre de sus principales amigos (muchos de ellos también artistas y escritores) para que siempre estuvieran presentes. En la biblioteca de la casa tuvo lugar un momento muy especial: la celebración del enlace matrimonial con su amada Matilde. En el despacho se encuentra el escritorio donde Neruda escribió algunas de sus obras más famosas. Unido al despacho, una pequeña sala donde el poeta recibía a sus invitados. Uno de las visitas más ilustres fue la del socialista Salvador Allende, amigo personal de Neruda.

Precisamente en este despacho se encuentran enmarcados algunos retratos de los más poetas admirados por Pablo Neruda, que en muchos casos fueron también amigos, como los republicanos españoles Miguel Hernández y Federico García Lorca. No hay que olvidar que la militancia comunista de Neruda y sus ideas de izquierda hicieron que se comprometiera firmemente en la defensa de la II República durante la Guerra Civil Española. De hecho, durante su etapa como cónsul chileno en París contribuyó de forma decisiva al rescate de los 2.000 republicanos que viajaron a Chile como exiliados en el famoso Winnipeg.

Neruda mostró su compromiso con los ideales progresistas hasta su muerte. Durante su vida, la casa de Isla Negra fue su principal refugio, y allí terminó también sus días. En ella recibió la noticia del golpe cívico-militar que lideró el general Pinochet contra el gobierno de Allende y la Unidad Popular, contra la democracia y el pueblo chileno.

Puede apreciarse. Esta casa tiene memoria y cuenta historias. En definitiva, no puede comprenderse Chile sin la figura de Pablo Neruda. Y Neruda no puede entenderse sin su refugio de Isla Negra. Esta casa ocupa un lugar fundamental en la vida de uno de los más grandes poetas. Esta casa conserva su espíritu y su esencia. Un lugar mágico, donde siempre volvió y hoy descansa para siempre. Todos deberíamos tener una casa en Isla Negra. Porque en Isla Negra se siente el mar y florece la vida.

Alberto Hidalgo Hermoso

miércoles, 19 de julio de 2017

Ordenanzas municipales contra la discriminación por OSIG en el Perú


Además de las normativas regionales, existe en nuestro país un conjunto de ordenanzas de ámbito local (provincial y distrital) que también incorpora medidas de sensibilización, prevención y sanción contra las prácticas discriminatorias. Buena parte de dichas ordenanzas aprobadas por los gobiernos subnacionales protegen de forma expresa las categorías de orientación sexual y/o identidad de género.

Es necesario destacar que la existencia de estas ordenanzas provinciales y distritales reviste especial importancia en los casos de las regiones que no cuentan todavía con normativas antidiscriminación propias (como Lima, Arequipa, Tumbes, Áncash, Pasco, Puno, Cusco) o cuando estas ordenanzas regionales existen, pero no visibilizan ni protegen expresamente la orientación sexual ni la identidad de género (como los casos de Lambayeque y Cajamarca).

Como recuerda el Informe Defensorial N.° 175 sobre Derechos Humanos de la población LGBTI, la eficacia de las ordenanzas provinciales y distritales ha sido demostrada en varias oportunidades. Municipalidades como las de San Miguel y Miraflores (Lima) han sancionado ya de forma ejemplar las prácticas discriminatorias ejercidas contra personas LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex) por razón de su orientación sexual e identidad de género.

La sociedad civil organizada ha desempeñado un importante protagonismo en el proceso de diseño y elaboración de numerosas normativas municipales antidiscriminación que, al igual que las ordenanzas regionales, han venido a suplir en la práctica el vacío existente en el marco jurídico nacional para la prevención y erradicación de la discriminación en general, y de la discriminación por razón de orientación sexual e identidad de género en particular. En regiones como Áncash, Arequipa, La Libertad, Piura, Loreto o San Martín, la aprobación de ordenanzas provinciales y distritales que protegen la orientación sexual y/o la identidad de género ha sido posible gracias a la importante labor de incidencia de las organizaciones sociales que trabajan en defensa de los derechos humanos de la población LGBTI.

La primera ordenanza antidiscriminación de nivel subnacional en nuestro país fue la Ordenanza Provincial N.° 002-2008 de Abancay (Apurímac), aprobada el 25 de febrero de 2008. Dicha ordenanza, que prohíbe la discriminación en todos los ámbitos, abordó de forma pionera la protección de la orientación sexual y la condición de salud de las personas, aunque olvidó la identidad de género. Por otro lado, la normativa más reciente de este tipo es la Ordenanza Distrital N.° 007-2017 de Machu Picchu (Urubamba, Cusco), aprobada el 4 de mayo de 2017. Dicha ordenanza protege también la orientación sexual, pero no reconoce la identidad de género de las personas como un motivo de vulnerabilidad.

Actualmente existen en el Perú un total de 21 ordenanzas provinciales y de 47 ordenanzas distritales que recogen la orientación sexual y/o la identidad de género como categorías protegidas frente a la discriminación. En el caso de las ordenanzas de ámbito provincial, 19 protegen expresamente la orientación sexual, mientras que solo 2 visibilizan también la identidad de género. En cuanto a las ordenanzas de ámbito distrital, 38 incluyen expresamente la orientación sexual, mientras que solo 9 protegen también la identidad de género.

En el caso concreto de la Provincia de Lima (incluyendo Lima Metropolitana) se han aprobado, hasta el momento, 14 ordenanzas distritales que protegen expresamente la orientación sexual y/o la identidad de género. De ellas 12 hacen referencia a la orientación sexual (Lince, Jesús María, Villa El Salvador, San Juan de Lurigancho, Santiago de Surco, San Miguel, San Isidro, Santa Anita, Chaclacayo, Ancón, Pachacamac y Santa María del Mar), y 2 también recogen la identidad de género (Miraflores y Pueblo Libre).

La mayor parte de estas ordenanzas provinciales y distritales han sido aprobadas con el objetivo de prohibir el racismo y toda forma de discriminación en los territorios de su jurisdicción, considerando al menos la categoría de orientación sexual. En algunos casos, se trata de municipalidades distritales que cuentan con varias ordenanzas para prevenir y erradicar la discriminación y la violencia, como demuestran los distritos de Belén (Maynas, Loreto) y Nuevo Chimbote (Santa, Áncash), con dos ordenanzas de este tipo cada uno.

Incluso, algunas municipalidades han diseñado y aprobado ordenanzas locales específicamente dirigidas a promover la inclusión de las personas LGBTI y prohibir la discriminación motivada por la orientación sexual y/o la identidad de género. Estos tres casos son las ordenanzas distritales de: Belén (Maynas, Loreto), Nuevo Chimbote (Santa, Áncash) y La Esperanza (Trujillo, La Libertad).

La Ordenanza N.° 007-2015 de la Municipalidad Distrital de Belén fue aprobada el 13 de marzo de 2015 con el objetivo de prohibir y erradicar toda forma de discriminación por orientación sexual e identidad de género en este distrito de la Provincia de Maynas (Loreto). Dicha norma se basa en la Ordenanza N.° 004-2010 del Gobierno Regional de Loreto (que protege la orientación sexual y la identidad de género) y, en consecuencia, pretende luchar contra la discriminación hacia la población LGBTI en sectores como la salud, la educación y el trabajo y garantizar su acceso a la igualdad de oportunidades. Para ello se contempla la revocación de licencias de funcionamiento y la clausura temporal o definitiva de establecimientos comerciales, así como la imposición de sanciones económicas (multas), si estos incurriesen en prácticas discriminatorias. Según el texto, las denuncias por posibles casos de discriminación serán canalizadas y atendidas por la Sub Gerencia de Bienestar Social de la propia municipalidad.

La Ordenanza N.° 018-2016 de la Municipalidad Distrital de Nuevo Chimbote fue aprobada el 11 de agosto de 2016 con el objetivo de luchar contra la violencia hacia la mujer y promocionar la inclusión de la población LGBTI en este distrito de la Provincia de Santa (Áncash). Dicha norma toma como referencia los Principios de Yogyakarta y dedica un capítulo específico a la inclusión y el respeto de la población LGBTI. En él se reafirma el rechazo a la discriminación y violencia que experimenta este colectivo y se garantiza la protección de sus derechos en igualdad de condiciones. También se propone la implementación de acciones afirmativas y políticas públicas para alcanzar su plena inclusión y el desarrollo de programas de sensibilización y capacitación del personal municipal para ofrecer un trato igualitario y no discriminatorio en los servicios de atención al público. Especial interés presenta el artículo 14 de la citada ordenanza, que reconoce y garantiza a la población LGBTI el acceso a los espacios públicos sin discriminación y la libre expresión de sus identidades y afectos. Se encarga a la Gerencia de Desarrollo Humano y Social de la propia municipalidad la ejecución de esta norma.

La Ordenanza N.° 017-2016 de la Municipalidad Distrital de La Esperanza fue aprobada el 24 de octubre de 2016 con el objetivo de prohibir toda forma de discriminación por orientación sexual e identidad de género en este distrito de la Provincia de Trujillo (La Libertad). Dicha norma toma como base la Ordenanza N.° 006-2014 del Gobierno Regional de La Libertad, dirigida a promover la igualdad y no discriminación de la población LGTBI. La ordenanza de La Esperanza reproduce varias de las medidas recogidas en la Ordenanza N.° 007-2015 de la Municipalidad Distrital de Belén, como la revocación de licencias de funcionamiento, la clausura temporal o definitiva de establecimientos comerciales y la imposición de sanciones económicas (multas). Además, prohíbe la difusión de anuncios de publicidad discriminatorios y obliga a la publicación de carteles contra la discriminación en los establecimientos comerciales abiertos al público. Según esta norma, se reserva a la Gerencia de Desarrollo Económico Local de la propia municipalidad la responsabilidad de canalizar las posibles denuncias por discriminación y de ejecutar la ordenanza en cuestión.

Alberto Hidalgo Hermoso

lunes, 3 de julio de 2017

La transmisión familiar en la construcción identitaria de la memoria republicana española


En mi última visita al Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social fijé mi atención en una fotografía que mostraba un muro deteriorado, con evidentes rastros de metralla. Me hizo estremecer por las sensaciones que transmitía: violencia, dolor, soledad. La imagen podría representar episodios de barbarie sufridos durante distintas etapas de la historia en diversos lugares del mundo. Sin embargo, para mí no existían dudas: ese muro representaba el de una cárcel gris o un frío cementerio en cualquier lugar de España, durante una época que nos marcó como país a sangre y fuego. Mi mente asoció esa imagen casi de forma automática a los innumerables fusilamientos de opositores que perpetró la dictadura franquista en España: “sacas” y “paseos” al amanecer, militantes asesinados en el “paredón”, fosas comunes cubiertas de silencio e impunidad.

Seguramente la fotografía no pretendía evocar ese lejano recuerdo, sino ilustrar las graves consecuencias del conflicto armado interno desarrollado en el Perú entre 1980 y 2000; no obstante, me hizo reflexionar profundamente sobre mi memoria particular. Estando muy lejos de mi país, y teniendo un sentimiento de pertenencia cada vez más difuso, este ejercicio hizo que me reconectara con una memoria que también es identidad.

Mi generación no vivió la primavera democrática de la II República ni el golpe de Estado posterior, tampoco la Guerra Civil ni la dictadura franquista. Nacimos una década después de la muerte del dictador, cuando las élites políticas de nuestro país todavía “saboreaban” la euforia de una transición pretendidamente “modélica”. Y, a pesar de ello, heredamos en muchos casos memorias construidas a partir de aquellos acontecimientos históricos siempre conflictivos y traumáticos. Estas memorias nos hacen recordar y resentir sucesos que no vivimos, pero que hoy resignificamos e interpretamos como propios, configurando así un componente clave de nuestras identidades políticas. Símbolos, relatos, canciones, libros, películas y un largo etcétera para revisitar lo no-vivido.

La democracia española como sistema político es débil, la solidez de sus bases es cuestionable desde varios enfoques. Se ha construido desechando el imprescindible valor de la memoria democrática y negando el justo reconocimiento a los actores y luchas de ayer que conquistaron los derechos y las libertades de hoy. La Transición trajo consigo un proceso institucional de olvido, por el cual se decidió apartar y negar nuestro pasado. Y ello ha producido una memoria oficial basada en la equidistancia entre los “dos bandos” del conflicto (las “dos Españas”) y en la imposición del silencio y la impunidad como supuesto instrumento para promover el “consenso” y la “reconciliación”. Debido a esto, como advierte Ricard Vinyes, en España “el pasado no acaba de transcurrir y se instaura un vacío ético, generando reclamos y creando conflictos” (Vinyes, 2009), a ello se suma la problemática de precariedad y debilidad que caracteriza todavía a las políticas públicas de memoria. Sin duda, se trata de las miserias y falencias de nuestro sistema democrático. En este tema, no hay razones para el orgullo.

Como afirma Jelin, la instalación de una historia oficial se torna difícil y problemática cuando los acontecimientos históricos estuvieron marcados por una fuerte conflictividad social y política (Jelin, 2002). Por esta razón, en el caso español se evidencia de manera más clara el componente contencioso que incluye la memoria. A pesar de la larga data histórica de los acontecimientos traumáticos experimentados, la memoria se configura todavía como un verdadero campo de disputa y conflicto, donde la narrativa oficial ha sido, y es aun, fuertemente contestada por diversas memorias disidentes o alternativas. Dichas memorias han sido silenciadas, han habitado la clandestinidad y el exilio, se han transmitido intergeneracionalmente y, con todo, han conseguido sobrevivir. Nuestro presente da cuenta de su vitalidad.

El filósofo Walter Benjamin nos invitaba a “cepillar” la historia a contrapelo para entenderla en su magnitud real (Benjamin, 2008). Probablemente, la memoria también deba ser cepillada a contrapelo para lograr visibilizar las memorias de los márgenes y (re)conocer su aporte y su legitimidad. En la reproducción de estas memorias disidentes, la transmisión familiar (intergeneracional) ha desempeñado un papel fundamental articulando toda una herencia de mitos, relatos y costumbres que contribuye a crear identidad y fortalecer el sentido de comunidad. En mi caso personal, puedo hallar algunas aproximaciones al respecto, siempre enmarcadas por la subjetividad.

Nací y crecí en una familia de ideales progresistas y orígenes humildes, comprometida con la defensa de lo común. Mis padres se reconocieron siempre con orgullo como personas de izquierda. Interioricé esta identidad política desde la infancia, viendo a mi alrededor debates, manifestaciones y mítines políticos. Me llamé socialista y republicano antes de tener conciencia del verdadero significado de esos conceptos. Ya en mi adolescencia pude intuir la importancia de reivindicar la memoria republicana y la bandera tricolor. Con una identidad ya en formación, pude desarrollar una conciencia política mayor, iniciar mi propia trayectoria militante y comprender el valor de proclamarse “republicano” en un país todavía herido.

En España, la gente de izquierda somos parte del bando de los “vencidos”, de los que lucharon y perdieron la guerra, de los perseguidos y represaliados. Ser republicano en este contexto conlleva un cierto estigma histórico, significa pertenecer al bando de “rojos, ateos, masones”, pero también implica comprometerse con ideales tan profundos y bellos como la igualdad y la justicia social. En España el ser republicano y el ser de izquierdas conforman identidades estrechamente vinculadas. Y ello no es gratuito. Dos factores principales ayudan a entender este nexo: el signo político progresista que tuvieron las grandes reformas del período republicano (como la reforma agraria y la educativa) y las ideologías conservadoras que apoyaron y justificaron el golpe del 18 de julio de 1936 contra un gobierno democrático.

Existe una memoria republicana, disidente y rebelde, que ha pervivido históricamente vinculada a los ideales progresistas y que ha sabido disputar cierta legitimidad a la memoria oficial construida por el Estado español a partir de la Transición. Personalmente me reivindico parte de ella, en buena medida gracias a mi herencia familiar. Pero, ¿cómo ha logrado sobrevivir y reproducirse esta memoria disidente durante décadas y en contextos tan adversos? La transmisión intergeneracional ha desempeñado un papel muy relevante en la preservación de una memoria de la resistencia. En mi caso particular, esta memoria se ha heredado y reproducido en el ámbito familiar a través de elementos políticos y culturales como son: los símbolos, los relatos, las conmemoraciones, los lugares y las figuras icónicas. Todos ellos componentes que se han articulado en múltiples y diversas estrategias y que han logrado transmitir esta “otra” memoria eficazmente.

Todo es símbolo. La simbología siempre está presente, aunque no sepamos percibirla y analizarla. Es capaz de reforzar identidad y de reproducir significados e interpretaciones de forma poderosa, incluyendo la transmisión de la memoria. En mi caso, emblemas como el puño y la rosa (referencia del socialismo) han estado siempre visibles en un círculo familiar de izquierda, como manera de representar una identidad política que recuerda el pasado para proyectarse en el presente. Estos símbolos han tenido como función central reforzar los relatos y ritos que conforman nuestra memoria e identidad republicanas: símbolos de izquierda evocando el compromiso republicano, emblemas republicanos reivindicando el carácter progresista de la república.

Himnos y canciones también se convierten en símbolos con una fuerza notable en la construcción de la memoria y la identidad. Himnos emblemáticos como “La Internacional” o el “Himno de Riego”, pero también canciones del período de la Guerra Civil (“El Quinto Regimiento”, “El Puente de los Franceses”, “El Frente de Gandesa”) y la Transición (“Canto a la libertad”, “Llegó con tres heridas”, “Gallo rojo”) han sido fundamentales en los espacios familiares donde se ha transferido esta memoria disidente. Además, estas piezas musicales han extendido un hilo conductor con el presente, cuando varios temas de cantautores españoles actuales, como Ismael Serrano (“Papá cuéntame otra vez”) o Pedro Guerra (“Huesos”) reivindican a través de su música la “otra memoria”, la de los “vencidos”.

Esta memoria musical no se limita al ámbito nacional. De hecho, encuentra su correlato en otras experiencias políticas que representaron notables referentes para la izquierda española, rescatando canciones de la resistencia europea contra el fascismo (“Bella ciao”), la Revolución de los Claveles en Portugal (“Grandola Vila Morena”) y las luchas populares latinoamericanas, musicalizadas por artistas como Víctor Jara (“A desalambrar”, “El derecho de vivir en paz”) o Quilapayún (“La muralla”, “El pueblo unido jamás será vencido”).

Estos símbolos reflejan también el relato de la memoria republicana, que tantas veces he escuchado en mi círculo familiar y que interioricé en algún momento de mi madurez política: El 18 de julio de 1936 no se produjo un “alzamiento nacional”, sino un verdadero golpe de estado contra el gobierno republicano, legítimo y democrático. Ese día comenzó una cruenta guerra civil, pero también un proceso de resistencia popular contra el fascismo internacional, que ensayaba en España el inicio de la Segunda Guerra Mundial. Con la victoria franquista del 1 de abril de 1939 comenzaron varias décadas de dictadura y represión, apoyadas y bendecidas por la jerarquía católica. El fin de la dictadura y la transición posterior fueron resultado de duras luchas por la libertad y la democracia, gracias a la entrega de muchos militantes políticos perseguidos, represaliados y exiliados.

Esta narrativa crítica ha sido reforzada a través de diversos elementos culturales, como novelas literarias (“Trece rosas rojas”), obras de teatro (“¡Ay, Carmela!”) y películas cinematográficas (“La lengua de las mariposas”, “El lápiz del carpintero”). Dichos elementos, sin lugar a dudas, han funcionado como vehículos de esta “otra” memoria en el proceso de transmisión intergeneracional.

Íntimamente relacionados con el relato, las conmemoraciones y los lugares forman parte de las marcas que contribuyen a fijar la memoria. Con respecto a las fechas y aniversarios, como bien recoge Jelin, éstas crean coyunturas de activación de la memoria (Jelin, 2002). En mi círculo familiar han existido conmemoraciones militantes que representan verdaderos hitos en la memoria heredada. En varios casos, han traído consigo un conjunto de ritos y prácticas con fuertes contenidos identitarios. El 14 de abril (aniversario de la Proclamación de la II República) y el 14 de agosto (aniversario de la Matanza de Badajoz por parte de las tropas sublevadas), además de fechas emblemáticas de la izquierda internacional (como el 1 de mayo, Día del Trabajo), son fechas relevantes en el imaginario colectivo familiar. Ritos como visitar y llevar flores a las fosas comunes del cementerio de mi ciudad el 14 de agosto o participar en la manifestación del 1 de mayo, constituyen rituales heredados familiarmente que han contribuido a la reivindicación de la memoria republicana y a la creación de una identidad política progresista.

Los lugares también pretenden ofrecer materialidad a la memoria. La problemática de los lugares de memoria es amplia y compleja, es fuente de conflictos en torno a qué lugares preservar y qué significados o narrativas reproducir en ellos. En el caso de los lugares de memoria republicana, casi en su totalidad se trata de espacios no reconocidos ni protegidos institucionalmente como tales. El Cementerio Civil de Madrid, donde se encuentran los restos de varios personajes políticos representativos de la I y la II República, es un buen ejemplo de ello. Este lugar ha sido un punto de parada obligatoria en nuestros viajes familiares a la capital del país, como un fuerte hito en la transmisión familiar de esta memoria disidente. También han tenido especial importancia otros lugares, más vinculados a las llamadas “memorias del mal”, como el vergonzante monumento del Valle de los Caídos, mausoleo del dictador Francisco Franco. En múltiples ocasiones este espacio fue recordado en mis contextos familiares por representar una muestra de la barbarie del régimen: construido por los presos republicanos forzados a trabajar en la obra más emblemática de la dictadura franquista.

La maestra de la reforma educativa, el obrero sindicalista, el campesino de la reforma agraria, el miliciano y el brigadista internacional que combatieron el fascismo o el intelectual comprometido. Todas son figuras que han pervivido en el imaginario republicano conformando el perfil de héroes ejemplares. Distintos personajes de la época encarnaron estos valores de militancia y resistencia, como Manuel Azaña, Federico García Lorca, Miguel Hernández, Matilde Landa o Dolores Ibárruri “Pasionaria”. Muchas de estas figuras se unieron posteriormente a un “panteón” de héroes y “mártires” de la izquierda internacional, donde personajes como Salvador Allende, Pablo Neruda o Ernesto Guevara tuvieron reservado un lugar central. En mi caso personal estos personales han representado grandes referentes de la memoria disidente frente a la narrativa oficial.

¿Podemos decir, entonces, que la transmisión familiar ha constituido un componente esencial en la construcción de las “otras” memorias? En mi experiencia, indudablemente sí. La transmisión familiar de la memoria republicana, a través de elementos como los descritos, ha desempeñado una función central en la creación de la que es hoy mi identidad política y cultural. En el contexto español, la narrativa oficial, basada en la equidistancia y el olvido, ha sido reproducida de forma muy precaria (como demuestran los débiles contenidos sobre memoria incluidos en el currículo educativo). Cierta inhibición estatal, las contradicciones, las carencias y los vacíos de los discursos oficiales y la “obsesión” por el olvido y el silencio han creado ventanas de oportunidad para visibilizar y transmitir otras memorias alternativas. El creciente rol de los emprendedores de memoria y la emergencia de activos movimientos sociales que reclaman una “democracia real” , han posicionado la necesidad de encontrar referentes que contribuyan a profundizar el sistema democrático. Y la experiencia republicana continúa siendo hoy un ejemplo en muchos sentidos. La democracia necesita memoria para construir su futuro.

La memoria de la ciudadanía que se identifica con valores democráticos y progresistas no puede ser otra que una memoria republicana. Sin esa experiencia histórica, y la conciencia progresista y crítica construida en torno a ella, la izquierda española encontraría hoy graves dificultades para entender y explicar su identidad. Y yo, gracias a mi familia y a mi militancia, también.

Alberto Hidalgo Hermoso

Bibliografía consultada:
BENJAMIN, Walter. (2008). Tesis sobre la historia y otros fragmentos. Madrid, España: Editorial Ítaca.
JELIN, Elizabeth. (2002) Los trabajos de la memoria. Madrid, España: Siglo XXI Editores.
VINYES, Ricard. Ed. (2009). El Estado y la memoria. Gobiernos y ciudadanos frente a los traumas de la historia. Madrid, España: RBA Editorial.

viernes, 30 de junio de 2017

Pequeños pasos, un largo camino


Con motivo del Día Internacional contra la Homofobia, Lesbofobia, Bifobia y Transfobia, el pasado mes de mayo, ILGA[1] hizo público su informe Homofobia de Estado – Estudio jurídico mundial sobre la orientación sexual en el derecho: criminalización, protección y reconocimiento (2017)[2]. Este informe anual, publicado desde 2006, se ha convertido en un recurso de referencia para conocer la situación de los Derechos Humanos de la población LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex) en el mundo.

La realidad de esta población continúa siendo compleja y preocupante, debido principalmente a la violencia institucional que ejercen los Estados y el gran impacto conseguido por los fundamentalismos religiosos. Según los datos ofrecidos por ILGA (2017), 72 estados penalizan todavía las relaciones entre personas del mismo sexo; en 8 de ellos se castiga con pena de muerte a las personas LGBTI y en 14 con penas privativas de libertad (desde 14 años hasta la cadena perpetua).

Es cierto que la igualdad plena se encuentra lejana aún, pero también es necesario advertir avances legales que representan importantes conquistas. Hoy encontramos en el mundo 9 países que protegen la orientación sexual y la identidad de género en sus constituciones, mientras que 63 cuentan con leyes que prohíben la discriminación por orientación sexual o identidad de género. Actualmente 22 estados reconocen el matrimonio igualitario entre personas del mismo sexo y 28 la unión civil, de ellos 26 permiten también la adopción conjunta (ILGA, 2017).

En el contexto americano hay motivos para la esperanza. Bolivia y Ecuador incluyen en sus Constituciones la prohibición por razón de orientación sexual e identidad de género; Canadá, Estados Unidos, México, Colombia, Brasil, Argentina y Uruguay reconocen el matrimonio igualitario; y Ecuador y Chile permiten la unión civil. Lamentablemente, Perú no se encuentra en ninguno de estos casos. En nuestro país, proyectos de ley como el de Unión Civil (N° 718/2016-CR), Identidad de Género (N° 790/2016-CR), Matrimonio Igualitario (N° 961/2016-CR) y Crímenes de Odio (N° 1378/2016-CR) esperan ser debatidos por el Congreso de la República durante la próxima legislatura, con limitadas expectativas de ser aprobados. Pendiente de ser debatida y ratificada también por el Parlamento se encuentra la Convención Interamericana contra Toda Forma de Discriminación e Intolerancia[3] (firmada por el Estado peruano el 25 de octubre de 2016), que incluye la orientación sexual y la identidad de género como motivos prohibidos de discriminación.

En este sentido, Perú converge con otros países sudamericanos como Paraguay y Venezuela, todos ellos Estados que no cuentan, hasta el momento, con ninguna legislación específica que tenga por objeto reconocer y proteger los Derechos Humanos de la población LGBTI. Perú debe recorrer todavía un largo camino para garantizar efectivamente la igualdad de derechos de todos sus ciudadanos y ciudadanas. Sin embargo, no es posible ignorar que recientemente se vienen reproduciendo los esfuerzos (todavía tímidos e insuficientes) para comenzar a incluir la problemática de la diversidad sexual y de género en las políticas públicas nacionales y locales, como refleja el Informe N° 175 de la Defensoría del Pueblo sobre Derechos Humanos de la Población LGBTI[4], primer informe oficial de una entidad pública del Estado sobre esta temática. Todo ello muy a pesar de la persistencia de ciertos sectores políticos y religiosos, como la mayoría parlamentaria fujimorista, por negar sistemáticamente la dignidad de las personas LGBTI.

A continuación, realizamos una revisión sucinta de las principales normas que han iniciado la, todavía incipiente, incorporación de la perspectiva de orientación sexual e identidad de género. Estos avances aparecen respaldados por el artículo 2 de la Constitución Política peruana que reconoce la igualdad ante la ley como derecho fundamental. Es necesario destacar que el texto constitucional no recoge expresamente la orientación sexual y la identidad de género como motivos prohibidos de discriminación, sin embargo, el Código Procesal Constitucional[5] (artículo 37) y la jurisprudencia del Tribunal Constitucional peruano (caso Karen Mañuca[6]) sí lo hacen.

En primer lugar, en el plano de las normas legislativas, encontramos la Ley N° 30364 para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar[7]. Esta ley considera como sujetos de protección a aquellas mujeres con opciones sexuales diversas, pero no aborda de manera expresa la violencia por identidad de género. Este enfoque fue reafirmado posteriormente en el reglamento de la ley, que reconoce la orientación sexual (pero no la identidad de género) como causa de vulnerabilidad ante la violencia. Por el momento, esta es la única ley del Estado peruano que protege expresamente la orientación sexual.

En segundo lugar, aparece un conjunto de planes nacionales y normas técnicas que representan la modalidad normativa en la que mayores avances se han registrado en materia de orientación sexual e identidad de género. Probablemente ello obedece a las acciones de incidencia política y vigilancia social articuladas por las organizaciones de sociedad civil en los espacios de consulta y colaboración que el Estado ha abierto para fomentar la participación ciudadana.

El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) es el sector donde se concentran los avances más relevantes en esta materia. No podemos olvidar que este ministerio cuenta con dos espacios de trabajo articulado con las organizaciones que trabajan en defensa de los Derechos Humanos de la población LGBTI: la mesa de trabajo para promover los derechos de las mujeres lesbianas (Resolución Ministerial N° 099-2016-MIMP[8]) y la mesa de trabajo para promover los derechos de las personas GTBI (Resolución Ministerial N° 294-2016-MIMP[9]).

El Plan Nacional de Igualdad de Género 2012-2017 (Decreto Supremo N° 004-2012-MIMP)[10] plantea como una de sus metas principales la reducción de la violencia de género en sus diferentes expresiones, incluyendo la disminución de los crímenes de odio motivados por la orientación sexual de la víctima. Sin embargo, no incluye referencias sobre la violencia por razón de identidad de género. En la actualidad, el MIMP trabaja en la elaboración de un nuevo Plan Nacional de Igualdad de Género y No Discriminación 2017-2021, que se espera que iborde la realidad de vulnerabilidad de la población LGBTI.

El Plan Nacional contra la Violencia de Género 2016-2021 (Decreto Supremo N° 008-2016-MIMP)[11] recoge también la violencia por orientación sexual (mas no por identidad de género) como una modalidad de violencia de género y reconoce la diversidad de las mujeres (lesbianas, bisexuales y trans) en su primer objetivo estratégico. Sin embargo, no señala acciones específicas para prevenir este tipo de violencia de manera integral y especializada.

En el ámbito del MIMP existe también el Plan Nacional para las Personas Adultas Mayores 2013-2017 (Decreto Supremo N° 002-2013-MIMP)[12], que recoge la orientación sexual (mas no la identidad de género) como un factor de particular vulnerabilidad en el proceso de envejecimiento de las personas.

Este sector del Estado es el único que ha aprobado unos Lineamientos de Atención Integral a Personas LGBTI en sus servicios (Resolución Directoral 017-2016-MIMP-PNCVFS)[13]. Dicha norma ofrece lineamientos técnicos para la atención de personas LGBTI en los servicios del Programa Nacional contra la Violencia Familiar y Sexual (PNCVFS), especialmente en los Centro de Emergencia Mujer (CEM).

El otro ministerio donde se han registrado avances considerables en la incorporación de la perspectiva de orientación sexual e identidad de género es el Ministerio de Salud (MINSA). En el ámbito de este sector, encontramos el Plan Estratégico Multisectorial para la Prevención y el Control de las ITS y VIHS/Sida 2015-2019 (Decreto Supremo N° 035-2015-MINSA)[14], que contempla entre sus acciones mejorar el acceso a la prevención de ITS y VIHS/Sida a la población gay y trans y disminuir el estigma y la discriminación por razón de orientación sexual e identidad de género.

En el sector salud existen, además, dos normas técnicas que incluyen la orientación sexual e identidad de género. Por un lado, la Norma Técnica de Salud N° 124 de Planificación Familiar (Resolución Ministerial N° 525-2016-MINSA)[15] reconoce el acceso a los derechos sexuales y reproductivos sin discriminación por razón de orientación sexual. Sin embargo, no hace referencia expresa a la identidad de género. Por otro lado, la Norma Técnica de Salud N° 126 de Atención Integral de la Población Trans Femenina (Resolución Ministerial N° 980-2016-MINSA)[16] establece pautas para la atención en salud de mujeres trans a partir de servicios diferenciados y con especial énfasis en la prevención de ITS y VIHS/Sida.

En el ámbito del Ministerio de Educación (MINEDU), el avance normativo más importante ha sido el Currículo Nacional de la Educación Básica Regular (aprobado por Resolución Ministerial N° 281-2016-MINEDU[17] y modificado por Resolución Ministerial N° 159-2017-MINEDU[18]), fuertemente contestado por sectores fundamentalistas religiosos opuestos a la diversidad. Este documento incorpora un enfoque transversal en su diseño, incluyendo como uno de sus enfoques la igualdad de género. Manifiesta que el currículo debe promover la capacidad de las y los estudiantes para vivir su sexualidad de manera plena y responsable; de tal forma que construyan comportamientos éticos de respeto a los derechos de los demás, sin discriminar por género u orientación sexual.

El MINEDU ha aprobado también, en el marco de sus competencias, la Política Nacional del Deporte (Decreto Supremo N° 003-2017-MINEDU)[19], que consigna como uno de sus principios rectores la igualdad y la no discriminación por orientación sexual (mas no por identidad de género), entre otras categorías.

Con respecto al sector educación, está pendiente todavía la aprobación del Plan Estratégico Nacional de la Juventud 2017-2021[20], a partir de una propuesta elaborada por la Secretaría Nacional de la Juventud (SENAJU). Este anteproyecto de plan incluye el respeto a la diversidad y pretende fomentar acciones para superar la discriminación por razón de orientación sexual e identidad de género, especialmente en el ámbito educativo.

También existen planes nacionales en otros sectores que incorporan igualmente el enfoque de igualdad, reconocen la vulnerabilidad de la población LGBTI y prohíben la discriminación por orientación sexual y/o identidad de género, como el Plan Nacional de Desarrollo para la Población Afroperuana 2015-2024 (Decreto Supremo N° 003-2016-MINCUL)[21] y el Plan Nacional contra la Trata de Personas 2017-2021 (Decreto Supremo N° 017-2017-MININTER)[22].

El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (MINJUS) se encuentra elaborando actualmente el Plan Nacional de Derechos Humanos 2017-2021 y cuenta con los aportes de una mesa de trabajo, formada por organizaciones de sociedad civil, que aborda de manera específica las necesidades y demandas de la población LGBTI. Según el compromiso del ministerio[23], este plan incluirá de manera integral la necesidad de protección derechos de la población LGBTI.

Por su parte, el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC) está impulsando el proceso de elaboración del Plan Nacional contra la Indocumentación 2017-2021, que abordará previsiblemente los problemas que enfrentan las personas trans y otros grupos en situación de vulnerabilidad en el acceso al reconocimiento legal de su identidad.

Otra entidad autónoma del Estado, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), viene implementando la primera encuesta virtual sobre las condiciones de vida de las personas LGBTI en Perú[24], instrumento que contribuirá decisivamente a recopilar y sistematizar información sobre la realidad de esta población históricamente vulnerabilizada.

En el ámbito subnacional también se registran avances normativos de interés. Según datos de Promsex[25], actualmente existen en el país 16 ordenanzas regionales contra la discriminación que protegen expresamente la orientación sexual y/o la identidad de género (8 solamente la orientación sexual y 8 ambas categorías) y 68 ordenanzas provinciales y distritales (57 protegen la orientación sexual y 11 también la identidad de género). Además, como forma de avanzar en el desarrollo de estas ordenanzas, Loreto se ha convertido en la primera región del país en aprobar un Plan Regional contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género (Ordenanza Regional Nº 027-2016-GRL)[26].

Después de la histórica práctica de inacción, como decisión pública del Estado, frente a la violencia sistemática experimentada por la población LGBTI, hoy encontramos tímidos avances normativos que comienzan a visibilizar la diversidad sexual y de género como un problema público que amerita una respuesta estatal. Por supuesto, todavía se trata de esfuerzos incipientes e inconexos que no logran dar forma a una política pública integral e intersectorial de igualdad y no discriminación, pero que representan pequeños pasos en el largo (y complejo) camino que falta por recorrer. El desafío está ahora en saber articular y coordinar estos avances normativos para que sean eficaces en la lucha contra la desigualdad y la discriminación y por la mejora de la calidad de vida de las personas LGBTI como ciudadanas y ciudadanos de pleno derecho.

Alberto Hidalgo Hermoso

Publicado en Promsex e IUS360.
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[1] International Lesbian, Gay, Bisexual, Trans and Intersex Association (ILGA).
[2] Disponible en: http://ilga.org/downloads/2017/ILGA_Homofobia_de_Estado_2017_WEB.pdf 
[3] Disponible en: http://www.oas.org/es/sla/ddi/docs/tratados_multilaterales_interamericanos_A-69_discriminacion_intolerancia.pdf
[4] Disponible en: http://www.defensoria.gob.pe/modules/Downloads/informes/defensoriales/Informe-175--Derechos-humanos-de-personas-LGBTI.pdf
[5] Disponible en: http://www.tc.gob.pe/tc/private/adjuntos/institucional/normatividad/codigo_procesal.pdf
[6] Disponible en: http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2006/02273-2005-HC.html
[7] Disponible en: http://busquedas.elperuano.com.pe/normaslegales/ley-para-prevenir-sancionar-y-erradicar-la-violencia-contra-ley-n-30364-1314999-1/
[8] Disponible en: http://busquedas.elperuano.com.pe/normaslegales/conforman-el-grupo-de-trabajo-denominado-mesa-de-trabajo-pa-resolucion-ministerial-no-099-2016-mimp-1370931-1/
[9] Disponible en: http://www.elperuano.com.pe/NormasElperuano/2016/11/07/1449761-1.html
[10] Disponible en: http://www.mimp.gob.pe/files/planes/planig_2012_2017.pdf
[11] Disponible en: http://busquedas.elperuano.com.pe/normaslegales/decreto-supremo-que-aprueba-el-plan-nacional-contra-la-viol-decreto-supremo-n-008-2016-mimp-1408988-1/
[12] Disponible en: https://www.mimp.gob.pe/adultomayor/archivos/planpam3.pdf
[13] Disponible en: http://descarga.notengomiedo.pe/archivo/MIMP-LineamientosViolenciaLGBTI.pdf
[14] Disponible en: ftp://ftp2.minsa.gob.pe/normaslegales/2015/D_S_035-2015-SA.pdf
[15] Disponible en: ftp://ftp2.minsa.gob.pe/normaslegales/2016/RM_652-2016-MINSA.pdf
[16] Disponible en: ftp://ftp2.minsa.gob.pe/normaslegales/2016/RM-_N_980-2016-MINSA.pdf
[17] Disponible en: http://www.ugel04.gob.pe/servicios/documentos-oficiales/resoluciones/2855-resolucion-ministerial-n-281-2016-minedu/file
[18] Disponible en: http://www.minedu.gob.pe/curriculo/pdf/rm-n-159-2017-minedu.pdf
[19] Disponible en: http://busquedas.elperuano.com.pe/normaslegales/aprueban-la-politica-nacional-del-deporte-decreto-supremo-n-003-2017-minedu-1519268-1/
[20] Disponible en: http://juventud.gob.pe/media/publications/Plan-Estrategico-Nacional-de-Juventud.pdf
[21] Disponible en: http://busquedas.elperuano.com.pe/normaslegales/decreto-supremo-que-aprueba-el-plan-nacional-de-desarrollo-p-decreto-supremo-n-003-2016-mc-1404903-3/
[22] Disponible en: http://busquedas.elperuano.com.pe/normaslegales/decreto-supremo-que-aprueba-el-plan-nacional-contra-la-trata-decreto-supremo-n-017-2017-in-1530366-1/
[23] Perú21, 31 de diciembre de 2016: http://peru21.pe/politica/plan-nacional-derechos-humanos-2017-incluye-gays-lesbianas-bisexuales-y-transexuales-2266543
[24] INEI, 17 de mayo de 2017: https://www.inei.gob.pe/prensa/noticias/inei-realizara-la-primera-encuesta-virtual-para-personas-lgbti-en-el-peru-2017-a-realizarse-del-17-de-mayo-al-17-de-agosto-9731/
[25] IUS360, 23 de septiembre de 2016: http://ius360.com/columnas/la-prohibicion-de-la-discriminacion-por-orientacion-sexual-e-identidad-de-genero-en-las-ordenanzas-regionales-2/
[26] Disponible en: http://busquedas.elperuano.com.pe/normaslegales/ordenanza-que-aprueba-el-plan-regional-contra-la-discriminac-ordenanza-no-027-2016-grl-cr-1507648-3/

domingo, 5 de marzo de 2017

El mismo odio, la misma indolencia


Dicen que el ligero aletear de una mariposa en un lugar determinado puede provocar grandes movimientos en otra parte del planeta: lo que se conoce como «efecto mariposa». Bajo la misma premisa, el mundo globalizado e interconectado de hoy demanda articular redes y sinergias para abordar las transformaciones que plantea el siglo XXI. Esta lección ha sido bien aprendida por los grupos de poder que en todo el mundo se organizan y articulan sin descanso —y con cuantiosos y opacos recursos económicos— para intentar enfrentar la gran revolución de este siglo: la de la igualdad y la diversidad.

La sombra medieval de la Santa Inquisición es alargada y no nos abandona. Al mismo tiempo que en España una campaña de desinformación —ligada a los sectores religiosos más extremistas y fanáticos— pretende hacer circular un autobús por las principales ciudades del país negando la identidad de género de una parte de la ciudadanía y buscando sembrar el odio a la diferencia; en Perú vivimos una verdadera y encarnizada «guerra santa» contra un currículo escolar que defiende valores tan necesarios y esenciales como la igualdad de género y la no discriminación. Su objetivo último y compartido: enfrentar una supuesta «ideología de género» que desearía «pervertir» a las nuevas generaciones.

Estos grupos de poder han creado la llamada «ideología de género» para responder en contra del conjunto de avances —todavía de alcance limitado— que se están conquistando en el largo camino por el reconocimiento de la dignidad de las personas LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex). Concepto nacido desde la manipulación y para la propaganda, que intenta invisibilizar y minimizar la realidad de violencia y discriminación: en el último año se registraron —únicamente en la ciudad de Madrid— 316 casos de agresiones motivadas por la homofobia, la lesbofobia, la bifobia y la transfobia (según datos del Observatorio Madrileño contra la LGTBfobia); mientras que en Perú, también en el último año, se contabilizaron como mínimo 8 asesinatos de personas LGBTI, 43 casos de afectación a la seguridad personal y 28 de discriminación por razón de orientación sexual y/o identidad de género (según datos de Promsex y la Red Peruana TLGB).

Ante la evidencia, el mismo odio, la misma indolencia: acá y allá. De esta manera, en España, Chile, Colombia, México, Perú y otros países se identifican intereses, actores, estrategias y discursos conectados y coordinados para responder defensivamente a un lento avance que no tiene camino de retorno: la progresiva y dificultosa construcción de un consenso nacional e internacional sobre el reconocimiento y la protección de los derechos de las personas LGBTI como Derechos Humanos.

Estas campañas públicas repiten un mismo patrón: son basadas en el odio, el miedo y la ignorancia y recurren a la manipulación de amplios sectores sociales con la necesidad de legitimar reclamos y demandas que atentan —cada vez con más fuerza y agresividad— contra el marco normativo nacional e internacional que protege los Derechos Humanos de todas y todos. Sin embargo, esto no escandaliza —en lo absoluto— a quienes continúan defendiendo que la «Ley de Dios» se encuentra por encima de las normas de los Estados democráticos aconfesionales —y pretendidamente laicos—. No creen en la democracia porque no creen en la igualdad.

Los sectores más intolerantes de estas confesiones religiosas predican que las personas LGBTI somos «pecadores», «enfermos» y «criminales». Y se protegen en una errada concepción absoluta del derecho a la libertad de expresión para hacer apología del odio y la discriminación. Piensan que quienes fuimos o somos víctimas de bullying homofóbico, lesbofóbico y transfóbico, y de una educación patriarcal, excluyente y discriminatoria, basada en prejuicios religiosos, sobredimensionamos nuestras vivencias para construir un activismo desde la victimización. Pretenden negar una realidad de discriminación y violencia escolar que existe (según datos del MINEDU, más del 36% de los casos de acoso escolar registrados son por bullying homofóbico), convirtiéndose así en los principales cómplices para su reproducción. Quieren que la discriminación se perpetúe y se mantengan sus privilegios; aunque ello suponga el sufrimiento y el dolor de niñas y niños.

Definitivamente, para estos grupos religiosos, con importantes aliados en el establishment político, económico, y mediático, nuestras vidas no importan. Según sus concepciones discriminatorias y excluyentes, Dios es amor y vida solo para algunos seres humanos. Pero, a pesar de todo, avanzamos. Están perdiendo la batalla por el sentido común, y lo saben. Por esta razón, sus campañas se ven obligadas a recurrir, cada vez con más frecuencia, a la manipulación y al miedo.

No podemos permitir que los colegios sigan representando un infierno para niñas y niños diversos. Es imprescindible organizar respuestas articuladas que incidan en la pedagogía y la sensibilización social; reforzando el trabajo conjunto de sociedad civil y Estado en defensa de la igualdad, la diversidad y los Derechos Humanos. Frente al odio, celebremos siempre nuestras vidas, nuestros deseos, nuestros afectos: nuestra felicidad rebelde.

¿Hasta cuándo niñas y niños LGBTI en riesgo de suicidio, con proyectos de vida truncados? No podemos quedarnos inmóviles mientras se reproducen peligrosos mensajes discriminatorios en los colegios. Ayer fuimos escolares afectados por un sistema educativo que nos invisibilizaba y excluía; hoy debemos ser ciudadanas y ciudadanos empoderados y organizados para que nunca más una niña o niño tenga que llorar por amar diferente o sentir una identidad diversa. Y ello pasa, sin lugar a dudas, por lograr construir una educación que incorpore la igualdad y el respeto a la diferencia, libre de prejuicios que justifiquen la discriminación y la violencia.

Alberto Hidalgo Hermoso

Publicado en Dos Manzanas y Sin Etiquetas.